RETALES DE IDA Y VUELTA

RETALES DE IDA Y VUELTA

El contenido de este blog, pretende ser eso, retales de ida y vuelta, trozos de vida y sentimientos...
Dedicado a todos y para todos.. pero siempre especialmente a ti.

miércoles, 19 de febrero de 2014

1975


1975...

A pesar de estar en toda cuanta red social existe, véase twiter, facebook, tuenti, google+, linked in, etc..no soy demasiado dada a mostrar escenas íntimas al público, por mucho que sea un público mínimo y elegido. 

No soy de exhibir fotografías de los cumpleaños de mis sobrinos,
 ni del  café mañanero con mi compi del curro, 
ni de noches de juerga. 
Nada de fotos.
 Ni retales de vida.
 Ni sentimientos.

Vaya por delante que tolero a quien lo hace, 
aunque yo ni las vea ni las comparta. 
Yo utilizo estas redes única y exclusivamente para la divulgación de mis artículos y por supuesto para lo que originalmente han sido creadas, para estar más cerca de mi gente lejana, de esa que la vida se ha llevado a kilómetros,
 de esa separada por océanos. 

Eso si, en privado.

Hace unos días y sólo como experimento a esta nueva realidad social que nos ocupa ( y digo nueva, porque papá, siento llevarte la contraria en este tema una vez más, pero los teléfonos y ya no te nombro a las comunidades virtuales , no son solamente  para dar un recado como antaño. Ahora son para contar minuto a minuto nuestra vida, nuestra existencia. ), puse en mi estado de whatssapp: 

" 1975 ". 

Sin más. 

1975. 

Yo apenas miro los estados de los demás, 
pero se ve que la gente si se fija en esas cosas. 
En menos de media hora me habían llegado los primeros mensajes al respecto:

-¿1975?¿ Tu año de nacimiento?-
- ¿Porque 1975? ¿La fecha de nacimiento de algún amor?-
-¿1975 visitas al blog?-
-¿1975? Que es???-
.......
.......
.......
.......

Y así ...

1975.

No es mi año de nacimiento, 
ni el año de nacimiento de ningún amor.

No es el número de visitas al blog, que afortunadamente son cada día más. Gracias.

Ni mi número de colegiada.

Ni la matrícula de mi coche.

Ni mi pin de la tarjeta bancaria.

No son tampoco las cuatro últimas cifras de mi DNI.
Ni las calorías que debo ingerir al día y que sobrepaso por goleada. 

1975...

Son días.
 Los días que llevo amándote. 
Ya está. Misterio resuelto. Y no era para tanto.

Pero anoche, aburrida intentando enfrascarme en la absurda historia de un libro imposible pensé en ti. 
Como lo hago hace 1975 días.

Y me puse a contar  días desde aquel en que nos vimos, no por primera vez, ni por segunda..pero si de otra manera. Desde aquel día que comenzó nuestra andadura emocional de ríos tranquilos las menos veces y de aguas bravas las que más.

Y los conté. 


Con mucho cuidado. 
Teniendo en cuenta los meses de 30 y 31 días. 
Contando los Febreros. 
Los años bisiestos.
Y si, son 1975 días. 
Eran esa noche.
Y no te escapas.
Ni te dejo escapar.

Y con la mirada perdida en las estrellas ficticias que alumbran mi habitación pensaba en cuantos miles de días más tendrán que pasar para olvidarme, ya no de ti, sino solo de pensarte.

Y cuando dejará de doler. Eso también me lo pregunto.
Algunos dicen que con suerte nunca.. 
Con mala suerte, será. 
Porque esto es una putada por muy viva que me haga sentir.

Y lo intenté. Pero nada. 
Si es que cuando se me mete algo en la mollera...
¿Podría convencerme?.No es mi estilo.
¿Engañarme? ¿Para qué?.

Así que he optado por el plan B. 
Vivir con ello. 
Como quien vive con " a pain in the ass", y perdón por la expresión soez y ordinaria donde las haya.
Y lo hago a escondidas. 

Porque no quiero preocupar a los que me rodean que son del simple razonamiento de que estar sola es lo mismo que estar amargada y por ende avinagrada, resentida, triste, afligida, atormentada, desamparada ( y no sé cuántos sinónimos más de la RAE.)

Porque no quiero entrar más en debates dialécticos de la pereza que me dan y lo afortunada que me siento a diario con mi situación.
Creo que en realidad y aunque no lo digan el alto...se muestran algo envidiosos ellos también.
Un poquito.

Porque cuando me presentan a posibles candidatos a compartir mi vida  yo siempre dejo que me acompañen hasta el portal. 
Es cuando suelen darte el número de teléfono y las bocas se llenan de promesas de te llamaré un día de estos.
Cuantos cafés perdidos. Y yo los miro con lástima. Pobres, si ser son majos..
Ellos solo quieren conocerme. La de la tara soy yo y poco puedo reprochar. 
Así que muy educada doy las buenas noches y cierro la puerta tras de mí. Sin ruido.

Pero que no, que no estoy yo para cosas. 
Antes me compro un perro.
Sin collar.

Ya tengo mi mente ocupada en contar y  no sea que pierda la cuenta. 

Y es que no me veo en otra numeración. 
Tal vez algún día deje de sumar para empezar a calcular días de otra etapa..Tal vez.

Pero  yo, mientras, sigo contando los días. 

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