RETALES DE IDA Y VUELTA

RETALES DE IDA Y VUELTA

El contenido de este blog, pretende ser eso, retales de ida y vuelta, trozos de vida y sentimientos...
Dedicado a todos y para todos.. pero siempre especialmente a ti.

lunes, 29 de octubre de 2012

QUE TE DEN

Hace unos años salí con un gilipollas. 
Y digo gilipollas por decir algo, por ser suave. 
Me prometió el oro y el moro. 
Si yo era esto, si yo era lo otro, si yo era lo de más allá.. Tanto era que al final de tanto ser y no ser se atragantó y deje de serlo. Todo. 
Y me dejó con un palmo de narices, con el orgullo lastimado y más huellas en el corazón que en una playa en pleno verano.

Pero yo le creí. ¿Porqué no? 
Y se lo di todo. Y más. Le di hasta lo que no tenía. Porque estaba muy enamorada.

Pero comparando, metafóricamente hablando, esta relación con un menú barato de barrio de dos platos, postre y café, yo era, con suerte el azúcar..El que sobra cuando no quieres endulzar de todo el café..

Y después de un tiempo largo , de idas y venidas, de altos y bajos, de montañas rusas con subidas al cielo y bajadas al peor de los infiernos, se acabó.

Se acabaron los gritos y los silencios, las mentiras y los reproches, la desconfianza..el amor.

Porque llegó el día en que solo era eso: mentiras, engaños, reproches, violencia, celos y control.

Y después de eso el error de pensar que podíamos ser amigos. Hablar sin más. Y yo volví a creerlo.
Pero solo hablábamos para controlarnos, para saber el uno del otro, para estar y no estar. 
Y nos llamábamos de vez en cuando. Y nos contábamos, solo de paso. Lo que nos convenía. Lo que no nos hacía daño. Más mentiras. Omisiones. 

Y siempre acabábamos en la cama. Follando.

Porque había física y química. Falto historia.

Y los dos sin decirlo, queríamos saber el uno del otro. No logramos desprendernos del todo. Seguimos aferrándonos a un pasado sin sentido, que no nos dejaba vivir un presente ni  avanzaba a un futuro. Queríamos hurgar en vidas que ya no nos pertenecían, pero sí nos habían pertenecido. Queríamos ganar.

Y cada uno hacia su vida. 
Pero sin hacerla. 
Porque cuando uno hacía, el otro  deshacía.
Y si había algún pájaro revoloteando cerca, él aparecía otra vez, con más fuerza, jurando, como sólo juran los mentirosos. 

Y yo le creía. Una vez más. Y el pájaro regresaba a su nido. Y él volvía a desaparecer. 
Y ya solo llamadas. 
 Y más mentiras. 
Y más sexo. 
Y mucho más sexo. 
Y mucho mejor.

Y era lamentable. Pero era lo que había. Lo que queríamos que hubiera sin quererlo.

Una mañana, cualquiera, como muchas otras mañanas me llamó desde su trabajo. 

En un arranque de sinceridad me cuenta, sin aspavientos, que ha conocido a alguien, que sabe lo nuestro.  (Qué poco me gusta que se hable de mi sin mi). Que sabe que solo con verme tiembla . (Este tío iba para escritor y se quedó en funcionario). Que quiere empezar con ella con transparencia, desde cero, que le hace reír, que aún con todo le aprecia y está dispuesta a estar con él. Que quiere ser sincero pero claro, conmigo por el medio...es difícil. 

Y me lo dice así, en frío. 
Vamos, en una palabra y para resumir. Que a la pájara en cuestión ( y perdona bonita, que contigo esto no va, que eres una pringada más..pero de eso ya te darás cuenta tu solita, maja ) le va a ser fiel. Que se va a comportar. 
Que todo lo que no hizo conmigo lo va a hacer con ella. Ja.

Yo al otro lado de la línea poco tengo que decir así que callo.
Y escucho.
sigo escuchando sus tonterías, mientras abro el agua de la ducha.

 Y le digo, pues me parece bien. Venga ya hablaremos entonces.

Y me doy una ducha. Y me encremo. Bien encremadita. Bien suave. 
Y me perfumo. Bien perfumadita. Con su perfume preferido que ahora me provoca arcadas. 
Y me pongo esas medias de blonda que lo vuelven loco. 
Y mi mini vestido negro.
 Y mis tacones de 8 cms. 
Y me maquillo. 
Y son las once de la mañana y parece que voy a un cóctel, pero me da igual.
 Dos manzanas y llego. 
Y lo llamo.
 Y me coge. 
Y le digo que baje que estoy en el descansillo del segundo al tercer piso de su trabajo. No recuerdo con que excusa.
 Y dice vale. 
Y baja. 
Y me ve.
 Y se pierde. 
Y me besa. 
Y me toca. 
Y me huele. 
Y vuelve a besarme. 
Y vuelve a tocarme.
Y porque estamos en su trabajo...

Y me recoloco el vestido. 
Y le doy una palmadita en el hombro en plan campeón. 

Y solo digo: Ahora majete, cuéntale a la otra que le vas a ser fiel, que empezais bien la historia.

Y me dí la vuelta. 
Y me fui. Sin más.
Y me sentí  ganadora. Y es que gané.

( Supongo que lo que gané fue la medalla de oro por gilipollas, y es que mi conducta no tiene nombre y no fue para menos. Pero me sentí mejor, con mi orgullo un poquito menos lastimado..Y con ese punto entre sobrado, creído y valentón que da el saber que aún eres capaz de manejar a alguien con solo una mirada. Y que quieren que les diga, pero si sirvió para que yo me quedara más feliz que una perdiz, pues ya ha valido la pena. Y yo ahora a mis otros nidos, que aquí pocos huevos ya.)

lunes, 22 de octubre de 2012

LA SALIDA DE MARIO

 De lo mejorcito que he oído últimamente.

 Por eso lo saco a colación.
El sábado con motivo del cumpleaños de un buen amigo nos juntamos a comer unos cuantos. Risas, jarana y buen rollo. La confianza entre todos lo aseguraba.
 No me equivoqué.

Toni, este amigo en cuestión, el ojo meneado, es cocinero. Cocinero de vocación aunque no ejerza. 
Y siempre se lo curra. 
Y siempre se supera. 
Y cuando creías que ya lo habías probado todo, resulta que no, que vuelve a sorprender.

El tema es que a lo largo de mi vida he asistido a muchísimos eventos de este estilo, véase, cenas, comidas y demás.

Y siempre he oído mil y una formas de elogiar los platos ofrecidos.
 De alabar al cocinero. 
Por cortesía, por educación, en forma de cumplido o  para adular simplemente. 

- ¡ Que bueno esta todo! -
- ¡ guau, te has superado! .-
- ¡ Ésto está riquísimo! .-
Que sabroso, delicioso, exquisito, suculento, gustoso y otras variantes para decir lo mismo.  Para agradecer.

Esta vez fue distinto. 
Nos sentamos a la mesa, charlando animadamente. Todos queríamos acaparar la conversación. No había terminado uno su aventura y ya estaba otro empezando su anécdota. 
Hablar sin parar. 
Y mientras,  despacio y en silencio nos fueron sirviendo los platos.
La conversación decayó por completo. Ya nadie hablaba. Solo saboreábamos. Buena señal.

Fue Mario el primero en pronunciarse. Repito,  lo mejorcito en mucho tiempo. 
lo dijo:

- Joder, me siento fatal. Siento que engaño a mi madre, que sin duda es, ejem.., era la mejor cocinera del mundo. Me siento como  si le estuviera poniendo los cuernos. Perdón Mamá. Te quiero.-

 Lo dijo todo. 

Y es que como estaban esos calamares con cebolla caramelizada.. Y todo lo demás.

jueves, 18 de octubre de 2012

DESAMOR


Morirme y no sentir.

No sentir que te pierdo, una vez más.
No sentir que he cometido no uno sino mil errores.
Y te pido perdón pero no sirve de nada.
 Porque tú tal vez sabes querer, pero no sabes perdonar. 

Morirme y dejar de sentir.

De sentir el deseo y las ganas de ti.
De sentir que tal vez jamás vuelva a escuchar tu voz.
De sentir que  tus manos no volverán a tocarme.
De sentir que te quiero, sin quererte.

O que te quiero, a mi manera. La equivocada. La ganadora. La obsesiva.

O que no te quiero, porque tal vez te odio.

Te odio por hacer que te quiera infinito.

Tal vez no sepa quererte. Tal vez no quiera quererte.

Morirme..para no volver a pensarte.

Para no quererte.
Para no odiarte.

Morir sin morir. Vivir sin vivir. 

Vivir redimiendo tu dolor que hoy es el mío.
Vivir relamiendo mis heridas. Que tú me causaste al causártelas yo a ti.

Vivir así, no es más que morir.




martes, 16 de octubre de 2012

CHAPA Y PINTURA

Sonó el teléfono.

 Jolín, que inoportuno. Pero aún así cogí.

- Hola mona, ¿qué haces? -Era la voz de Lola al otro lado de la línea.
-Yo también te quiero. Darme un baño. -contesté sin ganas. 
-¿Un baño, baño? ¿Baño de esos de espuma y calma?  ¿En la bañera? ¿ Llena?
-Sí, Lola, cariño. Un baño. No se que parte de B-A-Ñ-O no has entendido, hija.
-Joder, nena, como estás.Un pelín borde ¿no?. Anda relájate y llámame cuando acabes. Tengo chismes -.

Y colgó. Sin esperar una despedida.

Y sí, estaba dándome un baño, de esos que hacen gloria. 

Baño , baño. Pero no con espuma. Con sales y agua bien caliente. Demasiado. Creo que mi tensión se había disparado  pero a la inversa y estaba por los suelos.

 Lola debió pensar que estaba borde y lo único que me pasaba es que estaba desganada y aburrida de sudar en la bañera veinte minutos para que mis poros se abrieran. 

Viernes noche. Sola. Sin plan. Ya había visto una peli, comido palomitas, bebido demasiados cafés y leído.
 Luego había hecho de maruja  un rato (sin faltar y con mucho respeto). Que si lavadora, plancha y aspirador. 
Por hoy nada más. Cero ganas de hacer la casa.   

Estaba aburrida así que decidí lo del baño. Tratamiento mujer por un rato. Cogí mi ipod con sus altavoces, mi libro, mis cigarros y abrí el grifo. 
40 grados. Perfecto.
 Esperé a que se llenara la bañera y le eche  las sales. 
Todo listo.
 Metí un pie.

    -¡¡Me cago en todo!! Esto esta hirviendo. Venga nena, tu puedes-. Pensé.

Y con la boca apretada fui metiendo todo el cuerpo. Que dolor al llegar al culo. 
Joer,  menuda manera de relajarme había elegido. 

Y es que nos meten ideas en la cabeza. 

Que si a los cuarenta nos van a caer las carnes, que si el cuerpo no recupera como a los veinte, que si las patas de gallo, que si la piel menos tersa y memeces del estilo. 

Y no digo que no tengan razón, pero la auto estima de una que no es de piedra se empequeñece con cosas así.

Y la publicidad no ayuda, ni las revistas. Las de moda exhiben como mujeres perfectas  a esculturales cuerpos de 90-60-90.
 Pero que quieren que les diga, donde esté un cuerpo con sus curvas, su masa y redondeces varias que se saquen los demás. 
Y no es porque el mío sea entradito en kilos, ¡eh!.

Las de autoayuda empiezan con el rollo psicológico de si al cumplir los treinta y tantos hay que aprender a aceptarse para no caer en depresiones y rollos así.


Pues yo no estoy de acuerdo.

 Creo que la edad imprime carácter, da una confianza que no tienes con veinte y aunque no tengas un cuerpo 10, los complejos se olvidan y te dedicas más a ti y a disfrutar. 
Sin ir mas lejos,  pónganse en escena. 

Chico chica, chico chico, chica chica...eso da igual. Una relación sexual vaya.
 A los veinte estás tan pendiente de que no se te noten las chichas, que si las tetas no son tan grandes como las de tu mejor amiga y ya no le vas a gustar, que si tal y que si cual..
Total , que preocupada por todas esas cosas te olvidas de disfrutar.. Y el orgasmo ni de lejos.

A los treinta y tantos todo eso te la pela. 
Si estás en la cama, sofá, coche...el sitio también da igual, con otra persona es porque a los dos os interesa eso en ese momento. No piensas en la flacidez de tu culo ni en las pistoleras o en si tus tetas están o no más o menos caídas por culpa de haber amamantado a dos mochuelos. 
Y el disfrute es máximo. El placer alcanzado ni te cuento. 

Moraleja: Estamos en la edad perfecta. 

Jóvenes y maduras a la vez, que no pasadas. 
Con igual energía y más experiencia. Y eso sólo lo dan los años, los que no queremos cumplir. Bueno, los que la mayoría de las mujeres que conozco pasados los treinta se empeñan en cumplir al revés, porque yo personalmente adoro cumplir. Creo en las etapas y en la evolución. Y lo mejor, está por llegar.

Y las canas son sexys, las líneas de expresión  parte de nuestra fisonomía, las redondeces símbolo de fertilidad y femineidad ..Y al fín expresamos nuestra verdadera personalidad, aquella reprimida durante la  juventud.

Pero ahí estaba yo dandáme un baño con sales. Sales relajantes que no milagrosas. Y una mascarilla facial anti edad y anti estrés 30% aloe vera 70% rosa mosqueta, vamos la bomba.  Ya lo pone el prospecto: Devuelven a las pieles apagadas y cansadas un aspecto renovado.
 Y el exfoliante para cuerpo, para eliminar puntos grasos e imperfecciones. Aplicar con un suave masaje a base de movimientos circulares para estimular el sistema circulatorio. Debe ser que si lo aplicas a lo largo no funciona. Ya.
Y el jabón de pepino y papaya para todo tipo de pieles, con efecto tensor.
Y la crema anticelulítica. Con extracto de vid  y caviar. Menudo engaño.

Y es que nos venden hasta arena en el desierto. Y nosotras nos lo creemos. Por el miedo al dichoso paso del tiempo, por querer luchar contra una vejez que irremediablemente llegará con todas sus cosas buenas, por vender nuestra alma al diablo por el elixir de juventud.
 Queremos vivir 400 años y no sabemos ni vivir 80.

Menuda mierda. Yo paso. Me bajo aquí. 

Salí del baño. Me sequé con la toalla más áspera que encontré en el armario, el mejor exfoliante y me encremé con la nivea de toda la vida. Engrasa un montón pero al final acaba absorbiéndose y hace lo mismo que las demás, pero a mitad de precio. 

Y me puse mi pijama. 

Y llamé a Lola. Más relajada no, más realista.

Y vaya si tenía chismes. 

Estuvimos hablando cerca de dos horas. Divertidísimo. Aunque con un vino y un queso hubiéramos estado mucho mejor.

 Otra vez será.

lunes, 15 de octubre de 2012

DE SHOPPING

Alma y yo hemos dejado de envidiar al las celebrities.

Véase Kate Moss, Victoria Beckham , las hermanas Olsen o Eva Longoria. 

Y es que el sábado nos hemos ido de compras todo el día. 

Bueno, ahora lo correcto sería decir hemos pasado una tarde de shopping, tiene mas glamour. 

No vamos a premieres, fiestas e inauguraciones, ni pretendemos salir en la revista Vogue ni en Marie Claire  pero nos gusta estar guapas para nuestras cenas en casa, en la puerta del colegio o comprando el pan.

Y no hemos comprado camisetas grandes para que no nos marquen las verdades y las vergüenzas de los treinta y tantos. 
No. 
Hemos comprado prendas oversize, que es lo mismo pero suena mejor.

Y es que Alma y yo, que quieren que les diga, somos más sencillotas, más brutas, vaya. 

Y nosotras no compramos vintage. 
Compramos chaquetas que las llevaban nuestras madres cuando tenían veinte.
 Y no usamos tweed
Para nosotras es  lana, la de toda la vida. 
Ya no hay vaqueros, ahora son denim
Ni zapato abierto. Ahora los llaman mules

Pues vale. 

Y es que no somos unas fashion victim.

 Vamos a la moda pero a la nuestra. 
Nos sacamos partido con nuestro estilo particular, que básicamente consiste en no tener estilo definido.  No marcamos tendencia pero a nosotras nos mola.

 Me pruebo una cosa- me queda mona -  a pasar por caja

Fácil.

Y es que las cosas se han complicado. 

Antes decías - me he comprado unos zapatos de tacón- sin más. Ahora hay tacón Luis XV, tacón embudo, tacón prisma, tacón de aguja, plataformas y cuñas..

Ni idea. 
Si son altos y estilizan, pues ya está. 
Y si son baratos mejor que mejor. Pero claro para eso están los outlet. Siempre fueron rebajas. En el peor de los casos saldos. 
¿Pero donde va a parar? Outlet suena mucho más fino, más pijo y más chic.

Y por una tarde Alma y yo nos hemos convertido en víctimas de la moda, por aquello de sentirnos mas cool. 
Y que bien sienta.
Así que después de literalmente empaquetar a los niños con sus padres, que son ceros a la izquierda pero para que los vigilen una tarde mientras juegan 7 horas a la Wii y se quedan bizcos, para eso sí valen, nos fuimos a arrasar las tiendas. 

No estábamos en la milla de oro así que tiendas tipo Gucci, Versace, Loewe, Hèrmes o Cartier sólo en sueños. A nosotras nos llega con Stradivarius,  Berska, Zara o el Corte Inglés. 

Y es que nuestro bolsillo está más apretadito y nuestro efectivo para moda tiene límite por no decir que es más bien escaso.
 Eso es lo que de verdad cansa. Ir viendo que la cartera adelgaza. Pero probar es gratis y pasárselo bien ni te cuento. 
Y ni somos maxiconsumistas ni tenemos tarjetas para fundir pero somos felices, lo fuimos aquel trozo de tiempo. Suficiente.

Pero resulta agotador. Vale que no estuvimos recogiendo fruta, ni colocando tornillos en una cadena de producción ni de peón de obra o lavandera...Pero agota.
Así que ahora a la París Hilton la miraremos de otro modo; sin criticar, difamar ni censurar a la ligera. 
Si aún va a darnos penita y todo. Y es que estar probando ropa todo el rato es extenuante. ( si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habrían!)
 Y eso que nosotras no contamos con personal shopper ( el asesor de toda la vida). 
Yo aconsejaba a Alma y Alma me sugería a mi. 

Y venga a probar y venga a sacar.
 Si no me he sacado mis botas (me las puse precisamente planas y cómodas para aguantar el tirón, que aunque no era la calle Serrano pateamos lo nuestro) veintisiete veces no me las he sacado ninguna. 

Y cuando creíamos que era la definitiva y salíamos del probador convencidas con un par hacia caja y el resto abandonadas a su suerte, veíamos las botas de nuestra vida.

-Joder, Sofía, mira estas botas. Son preciosas. ¿Pero donde estaban antes? Éstas las han colocado ahora..Venga,anda pruebatelas-

Y vuelta a probar. Y vuelta a sacar.

Así con los pantalones y mil camisetas ,abrigos y demás.

Lo mejor, dos vestidos de Tintoretto idénticos , estilo años cincuenta que nos probamos. En tallas diferentes, pero iguales. 
En la mano eran preciosos, así que derechitas al probador. 
Alma tiene un cuerpo muy diferente al mío. 
La cabrona tiene un tipazo. 
Yo soy algo mas rellenita pero tengo mi atractivo. Total que una vez más venga a sacarnos ropa. 
Risas y más risas, yo creo que ya eran histéricas de la fatiga de tanta compra. 
Y es que una no esta acostumbrada a renovar vestuario de golpe y porrazo.
La cosa es que fue probarlo y descojonarnos. 
No por lo mal que nos quedaba, que eso también. 
Parecíamos salidas de la peli Mujeres Perfectas, anticuadas y clásicas a más no poder. Dos mujeres de -No te levantes cielo, que ya te traigo yo el desayuno a la cama-.

De las que llevaban un desayuno de verdad, no de café recalentado y un bollo industrial de mantequilla. No. 
De las que en una bandeja con paño y todo disponían de café recién hecho, con su jarrita de leche por si le apetecía cortar el café, magdalenas de arándanos recién hechas y zumo de naranja, también recién exprimido desde luego, nada de sucedáneos. 
Lo que nos faltaba..No le llevo yo el desayuno a la cama a uno...Pero eso es otra historia..

La diversión estuvo asegurada, la gente nos miraba como a dos locas. Con estupor y fascinación a partes iguales. 
No era para menos. 
Parecíamos quinceañeras en actitud pero ya pasamos el ecuador de los treinta. Y nosotras tan felices, tan ajenas.

A media tarde y con la excusa de hacer recuento de bolsas nos fuimos a tomar unas cañas. 
Alma empeñada. Yo simplemente me dejaba llevar y descansar un rato me vendría de cine. 
-Pero solo una, Alma, que después compro sin ton ni son-

Ya casi habíamos terminado. Yo necesitaba algo de ropa interior..Así que cogimos un ascensor hasta la planta de lencería. Fui directa a una marca en concreto que publicitaba que a personas con pechos voluminosos ( no es propio de mi utilizar eufemismos. Así con todo y porque se trata de mis tetas lo haré) como el mío le sentaban de muerte. Y es que sentaban de muerte..
No es que tenga complejo, bueno un poco sí, está bien bastante si soy sincera,pero mi pecho dista de ser un pecho bonito, si hacemos caso de los cánones de belleza actual, claro.  Ya no tenemos los miedos y las vergüenzas estúpidos de los veinte, pero tenemos otros. Y mira que me han dicho que tengo un cuerpo de delito, que estoy de escándalo , buenísima y cosas así. ¡Qué te van a decir en determinadas situaciones, claro!..Todos llevaban lentillas y me da a mí que mal graduadas.

Y Alma lo sabe. Sabe lo de mi pánico escénico por culpa de las dichosas. 
Y ella tiene el mismo miedo pero a la inversa. 
Que mal repartieron. 
Y entró conmigo al verme azorada y encogida. 
Y se sacó ella también su sujetador, para que entendiera de primera mano lo de siempre, su mejor consejo y su mejor lección, que no seremos perfectas, que nuestro cuerpo no será el de una escultural modelo de veintipocos años, pero somos auténticas.

Era el sujetador.
Que escote, que tetas, que redondez, que maravilla. 

-Lo quierooooooooooooooooo!!!!!-

No me lleve uno, me lleve dos y porque el presupuesto no daba para más. 

Y felices a más no poder. 
Y cansadas a más no poder también, dimos por terminado el día.

Dando cuenta a otra caña hicimos re-recuento. 

Saldo definitivo Sofía: Un vaquero Denim, una cami oversize , unas botas camperas planas media caña y una capa-poncho mil usos.
Estilo trendy neo hippie
Vamos, muy cool a la par de casual.
En mi idioma, super cómodo, super ponible y super combinable.

Saldo definitivo Alma: un vestido naif,con puntillas y bordados, un vestido retro, un vestido casual, una cazadora de cuero, un gorro, cinturos, botas camperas y foulard. 

La muy zorra tenía mas pasta que yo..

Lo que si nos hemos llevado las dos: grandes dosis de felicidad y un buen recuerdo. Nos hemos ido con alguna ampolla en los pies ,  mucho relax y menos riqueza. 
Pero valió la pena. 
Vaya si la valió.



miércoles, 10 de octubre de 2012

ME GUSTAS : TE QUIERO. OK


Ayer Pablo volvió a llamar.

En realidad mandó así como 700 whatsapp. Como se nota que son gratis.

Yo ni caso. Fueron tiempos en los que le seguí el juego. Mea culpa también.

Fue cuando llamó. 
Siempre lo mismo, siempre la misma historia. 
Será duro de mollera, porque no las pilla.
 Me tiene pillada la aguja de marear y accedí. Bueno, le cogí. Otra vez. Craso error. 

Y es que  a Pablo le pongo mucho pero no me quiere nada. 

Que si venga, vamos a ser amigos, después de tanto tiempo, al menos podremos hablar digo yo, contarnos nuestras cosas...

Y más bobadas del estilo.

 Y es que esto no es un tratado sobre Pablo. Él ya sabe muy bien como es. Experto en tortillas y no es cocinero. Pero le da la vuelta muy bien a las cosas. Y con mucha imaginación. El peligro de los tontos. Ya tiene bastante el pobre.

Y yo tenía mi vida, muy liada por cierto y para pocas gilipolleces.
Él no debía tener la suya, pero sí mucho tiempo libre.

Y él hablaba y yo escuchaba. 
Con pocas ganas de su vida y aún menos de contar la mía. Y es que siempre había conseguido bloquearme. 

Y venga a mandar SMS y Whatsapp y como no le contestaras al momento, numerito montado.. Y de los gordos.

 Y entonces de amiga pasé a ser la mala, la peor, la peorcísima      ( correctamente léase pésima ) persona que conoció, que cuanto tiempo perdido, que si no merezco la pena, que no va a malgastar ni un minuto más en mi y que ahí me quedo yo con lo que me rodea (tono despectivo) etc...  y otra  retahíla de gilipolleces varias.
Colgué ipso facto.
Le permití durante mucho tiempo - demasiado - insultarme. Pero ni un minuto le doy insultando a los míos.

Y más mensajes. Chica, no se cansa. 

Pero sin cielos ni cariños, sin preciosas ni princesas.. 
Me pregunto yo a donde se habrán ido.
Y no es que los necesite, ya no. 

Nunca ha sido lo mío. Soy de hechos. Las palabras me gustan más bien poco. ( En este momento Rita debe estar descojonándose de risa pensando en que no me gusta hablar a mi ni nada. Que sí, mujer, que sí, pero en confianza ).
 Porque las palabras se las lleva el viento y los hechos perduran.Y porque es muy fácil decir palabras. Muy difícil demostrar.

Ahora ha pasado a la fase Bs ( traducido por besos) y a los OK.

Vale que con las nuevas tecnologías hemos abreviado en letras. Pero no era su caso. 
Pablo otra cosa no, pero tenía tiempo y paciencia. Que luego bien que gastaba 1400 caracteres en ataques.

Y yo tengo mi propia teoría para los OK. 

Son como los ME GUSTAS, un sucedáneo lamentable a los TE QUIERO.

Decir te quiero es peligroso. 

Depende claro de cada relación, no pretendo generalizar, pero normalmente suena agobiante. 
Parece que un te quiero cruza la invisible línea del compromiso.

 Yo no lo veo así pero me obligo a no decirlos.

Para mi  un te quiero no significa lo quiero todo contigo, ponme un piso y llévame al altar. 
Te quiero es te quiero aquí y ahora, de esta manera. Sin más.
 Igual que un para siempre no es para siempre. Es lo que dure. Pero eso es otra historia. 

Y como la comunicación es bidireccional y no sé cuanto puedo acojonar al receptor con un te quiero, directamente paso a un me gustas. 
Y ellos lo entienden como estoy cómoda a tu lado o en el mejor de los casos como un me pones. 
Y todos tan contentos. Así ten por seguro que vuelven. Con un te quiero huyen.

Prefiero no hacer la prueba aún cuando a veces a las caricias más apasionadas, a los más fogosos besos y al sexo más  ardiente solo le falte un te quiero para ser perfecto.

 Pero con Pablo mejor así. Sus OK no hacen daño. Verlo si. Porque nos perdemos. Porque hay química.. Y recuerdos. Y  no vale la pena. Ya no. Porque hoy aún duele. Mañana no lo sé. Y algún día sus OK serán nada. Cero. Vacío. 
Volverse a enamorar.
Besar una piel que sabe distinto,
no encontrar puntos de referencia
que indiquen el momento justo,
la caricia perfecta,
la mano compañera.
Retornar a un cuerpo nuevo
sin los huecos del anterior,
no poder palpar una nuca excitada,
una espalda con escalofríos conocidos.
Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.
Cómo pesa una boca tan sabida,
tan llena de humo compartido
ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.
Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,
quitarme las huellas de tu peso,
desdoblarme en otra Almudena
y comenzar a hacer mía una figura
de la calle que me asusta y que ¿quiero?
poseer, pero... tú, ahí estás tú,
traspasando con tu desnudo mi sombra,
consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,
tu sonrisa y tu cigarrillo,
ese brazo moreno rodeando mi cintura
y llevándome a un lecho desordenado...

y tus manos de violinista
volando y enredándose en mis senos.
( Almudena Guzmán- recomendación de mi buen amigo Quique )




martes, 9 de octubre de 2012

LAS SUPER

Sofía insiste otra vez. 
Y dale con lo mismo.
 Sé que no será la última. 
Que seguirá insistiendo hasta que lo haga. 

Hasta que escriba sobre el amor y el desamor, sobre sexo con amor y amor con sexo, pero sobre todo hasta que escriba sobre mujeres, mujeres que como ella o yo duplicamos las horas del día.

Quiere que hable sobre mi porque quiere que hable sobre ella. 
Y me hace pucheros. Gimotea para que me ablande. La muy cabrona me conoce demasiado bien.

Y juega con ventaja. Sabe que no me gusta hablar de política o religión así que no me queda otra que hacerle caso y hablar de amor y de relaciones.

 Apuesta sobre seguro. 

Somos super mujeres. Ella lo sabe. Pero le gusta verlo por escrito. Saberse leída. Es soberbia y vanidosa. Cree que así se sentirá mas importante.

Y deja escapar una sonrisa pícara. Sabe una vez más que lo ha conseguido.

Quiere dejar testimonio de lo extenuante que es cada día. Y lo feliz también. 

Sofía también es descarada e irreverente. Sólo quiere provocar envidias. Le encanta.

Yo protesto: - ¿ Tú crees que tanto ajetreo a todos los niveles provoca envidias?-.

Y ella responde taxativa, seria, precisa: - Puede que muchas no aguanten nuestro ritmo pero eso no significa que no quisieran llevarlo -.

Y se queda tan ancha. Sin posibilidad de réplica. Así es ella.

Así que escribiré solo para un grupo de mujeres: las super.

Yo ( y Sofía por supuesto) nos incluimos dentro de ese grupo de AUTÉNTICAS, a las que por mucho que intentemos alargar el día los minutos se les escurren entre los dedos.

Porque no nos gusta renunciar.

Y menos priorizar.

Pero pagamos peaje.

Dormir poco y mal. Comer rápido y peor.
Y no podemos permitirnos el lujo de llorar, de tener mala cara. 
Se nos ha etiquetado en categoría de fuertes. Lo demás no cabe. 

Sofía quiere que hable de mi, porque sería como hablar de ella. Pero yo aunque le hago caso en casi todo prefiero hablar directamente de ella. 

De su día.

Se levanta temprano. Muy temprano. Dice que cinco horas son suficientes para dormir. Y si no lo son, ella las hace suficientes. Como una autómata prepara la cafetera. Su primer café. Porque después de éste vendrán más. Y se lo toma de pie.
Prepara su ropa y la de sus enanos, porque de eso también hay. Prepara su agenda, su trabajo. Y desayunos. Y aún tiene tiempo para encender el ordenador, contestar a mails, comentar en facebook y hacer llamadas.. Tiene mucha vida social. Muchos amigos a los que le gusta cuidar bien y muchos compromisos.

Y corre. Porque no tiene alas, sino volaría. Y sale de casa con libreta en mano, portátil, maletín, bolso y dos peques llenos de besos. Porque también ha tenido tiempo para sonreírles, para hablar con ellos, para jugar mientras desayunan.
 Porque es una super mujer y puede gastar bromas a la vez que hace la colada. Y se acuerda de que se ha quedado sin detergente. Se pinta en la mano Super. 
Para no olvidarse de que es una super y de que tiene que ir al mercado.
Y con un sinfín de mimos deja a sus niños en la puerta del colegio. Y corre porque no puede volar a por su coche. Y se enciende un pitillo. El tercero. Y la primera bocanada la da relajada. Luego arranca. ¡Mierda! La Itv sin pasar. ¿Y qué coño es este piloto que se enciende? La revisión. Le tocaba el mes pasado. Sin falta esta semana hará hueco para el taller. Entre actividad extra escolar y actividad extra escolar.

Y llega a su trabajo.Y trabaja. Le gusta lo que hace. Tal vez no tanto pero le da opciones y sueños. Y vacaciones pagadas. Y es cómodo. Y fácil. 

Y sale y vuelve a por sus hijos. Y no preparó nada para comer. Y no ha ido al mercado. Pero su nevera siempre tiene pizzas para emergencias. Muchas emergencias.

Y  mientras mastica llama a su amiga Alma y le cuenta el día

Cada día diferente, único, apasionante. 
Porque Sofía siempre tiene una sonrisa. Para todos. Y recibe muchas. Y le pasan cosas. Aunque sea que ese día el panadero fue más amable con ella. 
Y se siente guapa. Por dentro y por fuera. También saca tiempo para eso. Es joven y guapa. Y se cuida. Sin ser frívola le gusta verse bien.

Y recoge la mesa. La cocina. Las camas. La colada. ¡Mierda! Otra vez el detergente. Y baja al mercado. La lluvia borró su mano. Y compra. Y vuelve. Y prepara mochilas. Y actividades extra escolares. Y aprovecha para llamar. Y para escribir, su mayor afición . 
Tiene un cuaderno en el que anota. Cuando se inspira. Da igual si es en medio de la calle o en la puerta del colegio. Abre el boli con la boca y anota. Ella es así. Auténtica. Sin trampa ni cartón. Lo que hay es lo que ves.

Y se acaba la tarde. Y venga deberes y duchas, y cenas y más mimos y cuentos. Y besos, muchos besos. De buenas noches. Y te quieros. Hasta el infinito y mas allá. Yo más. Yo hasta el infinito y vueltas, vueltas y más vueltas. La pelea más bonita del mundo.

 Y silencio. Hasta que enciende el aspirador. 
Y luego otra vez silencio. Y soledad. 
Y no es capaz de cenar aunque tiene hambre. No de sentarse a cenar. No así, sola. Así que coge un yogur y restos de la nevera. De pie. Rápido. 
Y luego transcribe las anotaciones de su libreta al portátil. Y se pone cómoda después de planchar. Y coge su libro. 
Y se duerme.
 Cinco horas. 
Se siente agotada. Pero feliz. 
Y no cambiaría ni un minuto de su día. Y cada día es diferente aunque parezca igual. Su rutina es no tener rutinas. Sólo las que obligan sus niños. Porque está sola. Sola con ellos. Y eso le hace más feliz aún.

Alma le insiste en que se tiene que buscar un rollo, una pareja, un hombre, una relación. Que le llame como quiera. 

- No tengo tiempo. No el que exige querer.-

Y sí, claro que tiene "amigos".De vez en cuando. La noche es larga aunque solo tenga cinco horas y hasta a ella, una super mujer, a veces también le gusta sentirse querida. 

*Para Sofía, que tampoco es Sofía pero también existe. Para ella y todas las mujeres que de alguna manera se hayan visto reflejadas en este post. 



lunes, 8 de octubre de 2012

NO ME INSISTAS


Aquella noche, más calurosa de lo habitual en el mes de marzo, me invitaste a dormir a tu casa aún a sabiendas de que te diría que no..

Y así fue..

Me conoces demasiado bien como para saber donde están los límites y sobre todo, donde está mi necesidad de soledad.

Las personas por lo general, en algún momento o en muchos tal vez, de sus vidas, se sienten solas. Yo no. Yo busco esa sensación, ese sentirme sola, ese vacío..

Y esa noche era lo único que buscaba y aunque tú lo sabías intentaste que no fuera así.

Pero no insististe. Sabes que me contraria que lo hagan. 

No preguntaste y sin embargo me hubiera gustado darte una respuesta.

Y ahora por fin, cuando la noche dice adiós y se araña el amanecer, estoy aquí con mi ansiada soledad, fumando un cigarrillo a escondidas, oculta y a la vez libre..

Y escribo estas palabras que solo acechan en mi cabeza en noches como estas, cuando estoy sola, cuando estoy sin ti.. cuando tú no insistes..

Creo que no insististe demasiado porque en el fondo, sabías que esto ocurriría y sé lo mucho que disfrutas, cuando a la mañana siguiente, en nuestro reencuentro me pides que te lea mis relatos.

Y yo te digo que no. Pero tú entonces sí insistes y con tazas de café humeantes pero sin cigarrillos te leo..
Y tú escuchas atento..

Y me doy cuenta de que todo ha pasado ya. De que ya no estoy sola. De que soy feliz a tu lado..
Y de que hasta otra noche en que tú preguntes y yo diga que no, ésto no volverá a ocurrir.

jueves, 4 de octubre de 2012

EFECTO MARIPOSA

Martina siempre que salía de su casa torcía a la derecha. Manías. La calle era más bulliciosa, más cómoda.

Aquella mañana más fría de lo habitual para el mes de abril , con el cielo plomizo y mucha humedad después de semanas de lluvia sin tregua , sin pensarlo, sin ir a ninguna parte giró a la izquierda.

Iba distraída leyendo un papel de publicidad que minutos antes le habían metido en la mano. Aprenda ingles en siete días, decía. Y ella pensaba lo bien que le vendrían unas clases extras para sus viajes. Se estaba planteando seriamente dedicarle tiempo al idioma. 

Y no lo vió venir. 

Solo oyó un hola y levantó la cabeza.

Y ahí estaba él, como si el tiempo no hubiera pasado, como siempre. Arrogante, soberbio, petulante. Muy él.

Y ahí estaba ella. Atónita, estupefacta, asombrada... Muy ella.

Y de su boca salió un hola tímido. No sabía que decir. Le había perdido la pista hacia tiempo. No había vuelto a verlo. Estaba mas tranquila. Hasta que volvió a cruzarse en su vida.

Volvió a mirarla.

Y ella volvió a mirarlo. Era él. El de los gritos y silencios, el de las mentiras y medias verdades. El que había roto su corazón en tantos pedazos que aún hoy era imposible de reparar.

Y el hablaba. Pero ella no lo oía. Estaba a su lado pero se sentía lejos.

Le propuso tomar un café. Y ella, débil, no supo decir que no.

Cuando volvió a la realidad estaban con un café delante. Cortado, sin azúcar, como siempre.

Y él le contaba sus éxitos, las novedades de los últimos años, sus medallas. Era el mismo, de eso no había duda. Seguía tan engreído y altanero como antes. Nunca cambiaría
Y ella con el corazón en un puño y un nudo en el estómago absorbía toda la información. 

Ni una sola vez le preguntó que tal estaba ella, como le había ido. No tuvo oportunidad de decirle que todo era perfecto, que con sus sombras y luces era casi feliz. No pudo contarle que había otra persona que había vuelto a despertar sus ganas de amar. Que tenía un buen trabajo. Que tenía un hijo.

Una vez mas se sintió como se había sentido siempre a su lado: Idiota.
Se disculpo un momento con la excusa de ir al baño.
Necesitaba poner en orden su cabeza. Y su corazón. ¡ que tío! Sólo verlo y el mundo a sus pies. Sería un minuto. Nada más. Respirar hondo, pagar los cafés y marcharse. Como si nada hubiera pasado. Se echó agua por el cuello y las sienes con cuidado de no emborronarse el maquillaje. Y respiró. 
Y salió. Y ahí esta él.  Esperándola. Altivo.

Y se acercó a ella. Y Martina no fue capaz de ser  fuerte. Otra vez.
Y le besó. Y ella le besó. Y el tiempo se paró. Y todo su interior se revolucionó como antes, como si no hubieran pasado cinco años, tres meses y tres días.
Y ella quiso llorar pero solo fue capaz de seguir besándolo con esa furia y pasión de antaño. Con ese ímpetu y arrebato de siempre. 

Y luego él pagó la cuenta. No esperó por la vuelta. Y se marchó. Solo dijo, volveremos a vernos. Con seguridad, certeza, confianza. 
Era desquiciante. Acabaría por volverla loca. Más de lo que  estaba ya. 
Y ahí se quedo ella, humillada, avergonzada. Por no haber sido fuerte. Una vez más.

Y se fue.

Y volvió a casa. A su zona segura. Necesitaba oler su hogar. Se sentía vulnerable. Necesitaba sosegarse.
Y pensó en porqué narices no salió como siempre por la derecha. Y volvió a pensar en su teoría del destino. De como influye en la vida un solo minuto, un solo cambio. Y siguió pensando, en el significado del encuentro de esta mañana. Y aunque no le encontró más sentido que joderle la vida, creyó lo que cree siempre, que todas las cosas tienen un porqué, que suceden porque tienen que suceder.Y se consoló, como se consuela un pobre diablo, pensando que tal vez, este encuentro, esta parte de  su destino,  sucedería igualmente, en otra manera, de otra forma, en otra lugar o momento. 
Y lloró desconsolada, triste, angustiada. Por no haber sido capaz de decir que no, por no haber sido fuerte, pero sobre todo por haber vuelto a sentir. Por dejar que sus sentimientos otra vez afloraran. Y se sintió culpable y agotada. Y se secó las lagrimas. Y llamó a su Alma. Y volvió a llorar. Y volvió a secarse las lagrimas. Y se vistió su coraza de luces y colores. Y volvió a salir. Y giró a la derecha. Y siguió con su vida. Su vida sin él. Y tomó una decision. Y cerró una herida que todavía sangraba constantemente..sin darse cuenta. 
No volverían a verse.

Y que inoportuno encuentro se hubiera evitado de haber salido como todas las mañanas girando a la derecha.
 Porque ella así lo creía.
 Su efecto mariposa.
 Y es que cambias un solo minuto de una vida..y lo cambias todo.


"El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino) 
 "El aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un Tsunami al otro lado del mundo" 
 "El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo".






martes, 2 de octubre de 2012

Y RYANAIR QUISO...


¡ Que coñazo los aeropuertos desde el 11-S !

Entiendo las medidas de seguridad y todo eso, pero vaya, que no por ello es menos coñazo. 

Yo con mis botas de agua nuevas y venga que hay que sacarlas.
Y ahí estaba yo con una cola del copón pasando el arco de seguridad.. descalza!.. Eso sí, después de mucho esfuerzo, de dejar el móvil, el tabaco, los mecheros, el libro y demás cosillas en la bandeja.

¡ Y con un tomate en mis medias! Y es que solo a mi se me ocurre..
A punto estuve de decirle al guardia civil de turno que me ayudara a quitármelas porque son nuevas y aún están ajustaditas, pero claro que con el rollo del tomate, me corté.

Así que yo, azorada y  roja como un tomate, esta vez de verdad, fui dando saltitos hasta el arco detector de metales con el pie izquierdo encima del dedo gordo del pie derecho, el del tomate..Por disimular.. ¡ Que bochorno!

Pero la pasé. Sin pitar ni una vez.

Claro que no iba a Madrid en plan terrorista. Las armas me las había dejado en casa.

Y después de otra cola interminable en la que discretamente espere al final, sin prisas, entré .

Subí al avión con un trancazo feroz, con las venas cargadas de ibuprofeno y muchas ganas de llegar.

Me senté donde pude, pero me tocó sola y en ventana. De lujo para ser un low cost.
Los azafatos, técnica y mas correctamente auxiliares de vuelo,  además de ayudarnos a los pasajeros a encontrar nuestros asientos y colocar nuestros equipajes de mano, repartir periódicos, a quien los compra, claro..que ahora gratis nada de nada, y darnos las pertinentes explicaciones y demostraciones de seguridad, iban explicando también  a cada pasajero como abrocharse los cinturones y donde podían encontrar las máscaras de oxígeno y los chalecos salvavidas en caso de aterrizajes de emergencia.

Y la verdad con toda la polémica acerca de la seguridad de esta compañía aérea en concreto pues que quieren que les diga, que acojona hasta a alguien envalentonada como yo.

Aunque claro, una vez que has decidido subirte al avión bien poco  se puede hacer en caso de tragedia, así que suelo aplicarme bien el refrán de al mal tiempo..Así que como hasta que no vuelva a poner un pie en tierra nada dependerá de mi, mejor poner buena cara. Entre sonrisa y cara de luto, siempre elijo sonrisa..Porque te las devuelven.

La parejita de mi lado se coge la mano y se besa tiernamente antes de despegar. Como si fuera su último beso. Como si morir juntos fuera su mayor deseo. Que chorrada. Yo quiero vivir. He dejado demasiado ahí abajo.

Y despegamos. El avión corre por la pista. Parece que no se va a acabar nunca. Y yo cierro mi boli y miro por la ventana y me concentro en el despegue y en como me siento: sosegada, paciente, flemática.
Y cuando me doy cuenta veo las casa pequeñas y los arboles más pequeños aún y pronto solo nubes. Y dejo de escribir y sigo pensando en como me siento. Ansiosa por llegar y volver a llegar. Y por seguir viviendo. Por respirar.

A mitad de vuelo la megafonía avisa de que atravesaremos un tramo de turbulencias. Habrán cambiado los aires, porque hasta hoy de las miles de veces que por miles de motivos he viajado a Madrid en ninguna de ellas hubo turbulencias.. Eso si es preparar al personal..

Venga a abrocharse el cinturón, venga a apagar los aparatos electrónicos. Cierro mi ipad. Dejo de escribir y vuelvo a pensar. En como me siento. Ansiosa. Por llegar. Por vivir. Por respirar. 
Y aterriza. Nada de aterrizajes forzosos de los que tanto se habla en las noticias estos días. No en el mío.  El comandante se portó, y aterrizó suave, casi sin darnos cuenta.

Y ahí estaba imponente Madrid, esperándome para vivirla , para respirarla.
Y desde que cogí mi maleta , bajé las escaleras y vi Barajas se me ha instalado una sonrisa en la cara que no soy capaz de borrar con nada. Tampoco lo intento. 

Y por fin aquí estoy. Dispuesta a vivir. A respirar. Feliz

Y Ryanair quiso.

Las dos veces. Ida y vuelta.

Y de nuevo aquí estoy dando guerra.